Tianguistengo: la segunda parte de la Ley de Herodes

«La ley de Herodes: o te chingas o te jodes», reza un vulgar y conocido dicho mexicano, que encarna desde siempre, el lado autoritario de la ley, que poseen quienes ejercen el poder sobre algo o sobre alguien, y que no da lugar a discusiones, ni posibilidad de oponerse.
En 1999, el cineasta Luis Estada, lanzó a las salas de cine, una película con este nombre, fue todo un éxito en medio de una pretendida censura por parte de políticos que se sintieron aludidos con la cinta, estábamos en los albores de la alternancia política por primera vez en la Presidencia de México.
La cinta vista por casi todos los mexicanos, trata sobre la corrupción política en México, protagonizada en la época del Presidente Miguel Alemán, pero que bien puede ser ubicada en cualquier año, por supuesto en la actualidad, y que se repite una y otra vez, en muchos puntos del país.
En el año 1949, la primera escena muestra a los habitantes de la localidad ficticia de San Pedro de los Saguaros persiguiendo y decapitando de un machetazo al presidente municipal cuando trataba de huir del lugar, con el dinero de los presupuestos del pueblo, un tal Juan Vargas, que hasta antes de llegar a ser Presidente, no era más que un gris político, que de pronto se encuentra con las mieles del poder, al que enloquece el alcohol, las mujeres y el dinero, y que llega al extremo de hacer sus propios cambios a la Constitución General de la República, para allegarse dinero y seguir en la vida loca. Después de casi ser linchado por la población, el partido reconoce la labor de “Varguitas” y la película finaliza con el mismo Vargas, ahora como flamante diputado. Le hizo justicia la revolución, siguen diciendo.
Hay un pueblo de Hidalgo, llamado Tianguistengo, en el cual, el Presidente, Febronio Rodríguez, por sus pistolas, decidió no acatar la resolución del Tribunal Estatal Electoral, que le ordena que convoque a los regidores opositores a las sesiones del Ayuntamiento y que les pague sus dietas que por ley le corresponden, pero él ha decidió mejor desafiar la legalidad e incluso se aventó el tiro de convocar a los suplentes de esos regidores, para que tomen protesta, como una forma de proyectar, que en su pueblo, no hay mas ley que la de él. La sentencia del tribunal fue emitida desde el 6 de noviembre, y es fecha de que no se acata, el 6 de diciembre, el Tribunal, con un segundo oficio le ha preguntado, si ya cumplió con la sentencia, que obviamente no ha cumplido, ni tampoco quiere cumplir.
Las acusaciones contra el presidente, no solo son por el desacato, también le señalan nepotismo (su esposa es la Sindico del Municipio, si quien revisa y firmas la cuenta pública, es su esposa, al parecer la ley no lo prohíbe), total falta de transparencia en los gastos del municipio y las malas condiciones laborales de los trabajadores del Ayuntamiento, y desde la ocasión anterior que fue ya Presidente, mencionan los demandantes que es costumbre que se auto compre diversos productos y servicios que son de su propiedad o su familia. Hay decenas, tal vez cientos de capítulos sobre la vida de Febronio y la familia que le acompaña, de la política de este municipio que en el siglo anterior o el presente, nos muestran que a pesar de la modernidad y la llegada de la democracia al país, muchas cosas permanecen igual que siempre.
Aunque Febronio ya fue Presidente y conoce las reglas del juego, en esta ocasión decidió no invitar a los regidores opositores a la toma de protesta, (aunque si fueron y contra su voluntad se hicieron presentes y tomaron protestas), no convocarlos a ninguna sesión y por supuesto tampoco pagarles la dieta que por ley, les corresponde, en su campaña decía que lo mejor estaba por venir, tal vez se refería a esto que está ocurriendo, bien podría vender la historia a Don Luis Estrada y hacer la segunda parte de “la Ley de Herodes”, porque al igual que aquel “varguitas” saben leer muy bien la tendencia de la temporada y caer de pie. No les extrañe en 2 años y medio verlo de diputado, porque como aquel, este tampoco esta solo, es parte del sistema.