Economía versus Política
César Peña *
Una tradición que se inauguró desde hace por lo menos una década en el sistema político mexicano y al que Morena se ha sumado gustosamente, es inaugurar con mucha antelación los tiempos de sucesión en los cargos, sobre todo los principales, dejando en claro hacia donde apuntan los dardos y para no dejar lugar a dudas de quien es el consentido, ahora no de allá arriba, pero si de los que deciden y en menor grado, del pueblo.
En el caso de Hidalgo, en los últimos meses se han sucedido una serie de situaciones que están cambiando las piezas del ajedrez político y sobre todo, de la sucesión en la minigubernatura del 2028, en que ha aparecido un caballo negro en la persona de la titular de Salud, Vanesa Escalante Arroyo, con el perfil más idóneo para suceder a Julio Menchaca.
En esta carrera que para muchos se antoja lejana, pero que comenzará desde mediados del 2026, ya tenía a dos contrincantes que se han ido desinflando como lo son Tania Meza y Simey Olvera, gente muy cercana al mandatario estatal, sin embargo, por errores propios y por los roles posteriores, han ido perdiendo peso y reflectores.
El descenso de ambas, contrasta con el empoderamiento que está teniendo Escalante Arroyo, no sólo por ser parte del primer círculo de funcionarios sino porque brilla con luz propia al ser una funcionaria salida del pueblo y que no tiene problemas en atender ella misma a la gente en las Rutas de la Transformación o donde se requiera.
Con un perfil netamente obradorista, Escalante Arroyo, se identifica con el humanismo en el Gobierno y es una persona de convicciones, que sin importar su juventud, defendió siempre sus posturas como lo hizo en la pasada Legislatura local, en que ni las mareas derechistas infiltradas en Morena la pudieron someter.
Aunque aparentemente quedan poco más de tres años y medio de la actual administración estatal, a lo sumo dos años restan de trabajo real porque el resto será de mero trámite de cara a una sucesión en la que ya se vislumbra quien asoma como la primera mujer que gobernará en Hidalgo en toda su historia.
Por su trabajo, Escalante Arroyo no sólo tiene el apapacho de Menchaca Salazar, sino también del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y ahora, de la mandataria Claudia Sheinbaum Pardo, que ven positivamente lo que realiza y que no tendrían problemas en aprobar, llegado el momento, su postulación a la gubernatura.
La actuación noble y positiva de la secretaria de Salud contrasta abiertamente con otros funcionarios que han enlodado la reputación de la 4T en Hidalgo como el ex director de Comunicación Social, Eduardo Iturbe, embadurnado de corrupción; con la omisión y complacencia del contralor Álvaro Bardales; con el inflado y desubicado Ricardo Gómez; el autoritario secretario de Gobierno Guillermo Olivares y hasta con el líder de Morena, Marco Rico, quien de dirigente pasó en un segundo a bufón con nula credibilidad como dirigente.
Sin duda, hacen falta más funcionarios en Hidalgo como Vanesa Escalante, que hagan honor a la Cuarta Transformación y demuestren que la política debe tener otro rostro y seguramente, como gobernadora, lo hará.
- Escritor, periodista, economista y divulgador científico.