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Opinión Política

Pepe, el símbolo de la izquierda latinoamericana.

Pepe, el símbolo de la izquierda latinoamericana.
  • Publicadoenero 16, 2025

La prisión te cambia, para bien o para mal, a algunos los adiestra para elevar su nivel delictivo, hay a quienes los transforma, para ser ejemplo del mundo, esa es la historia del sudafricano, Nelson Mandela, y de José Mujica, “el Pepe”, ex Presidente de la República Oriental de Uruguay.

¿Qué hizo Mujica, para convertirse en el símbolo que es hoy?, romper con el estereotipo del político latinoamericano, rompió el prototipo del patriarca del país tropical, que al llegar al poder enloquece y se convierte en dictador, resistió al mal consejero, que lo hubiera querido ver reelecto una, dos, tres veces, porque el pueblo lo pide, rompió con la tentación de hacer que su proyecto durará mil años, torciendo la legalidad para imponer a un heredero de su visión de país, siguió manejando su vocho, viviendo en su austera casa, no se metió en escándalos de financiamiento ilegal de su campaña, a pesar de legalizar el cultivo y uso de la marihuana, nadie ha dicho nunca que tenga nexos con las narcotraficantes, muy por el contrario los narcos y los gringos, se enojaron mucho porque legalizó esta droga y acabo con el negocio millonario que surge de lo ilícito y prohibido

Pepe tomó distancia abismal de los dictadores uruguayos, y sin proponérselo, también tomó distancia de muchos líderes de la izquierda latinoamericana, Pepe es de izquierda, pero no de la izquierda de Fidel, ni de Chávez, ni de Lula, ni de Maduro, ni Daniel Ortega, ni Kirchner, él no se fue a vivir a un Palacio, ni cambió su vocho por camionetas blindadas, a él la prisión lo cambió.

“La noche de 12 años”, es una película que relata los años más duros en la vida de tres combatientes uruguayos del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros: ellos fueron, José Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof. La detención temporal por ser opositor a la dictadura en Uruguay, se convirtió en una noche de doce años en las peores condiciones, con tortura física, emocional y la amenaza permanente de ser pasado por las armas, vivir y resistir a esa larga noche, dio como resultado el Pepe Mujica que una gran parte del mundo conoce, un ser humano que se ha convertido en el símbolo de la izquierda en América Latina.

Al igual que a otra gran luchador por la libertad, Nelson Mandela, a Mujica, la prisión lo cambió para siempre, le hizo ver de otra forma el mundo, y cuando muchos pensarían que saldría a vengarse de quienes lo vejaron y metieron a prisión, sorprendió al mundo, con mensajes llenos de sabiduría y sobre todo a un político que se convirtió en Presidente de su país, y el  poder no lo cambió, ahí surgió su frase: el poder no cambia a las personas, tan solo las muestra como siempre fueron.

Cuando Pepe legalizó el matrimonio gay, recordó a Alejandro Magno, para hacer ver a los críticos que la homosexualidad, ha estado presente desde hace muchos siglos, hizo un programa de vivienda para las clases pobres, privilegió la inversión en la educación, mejoró el salario y acorto la distancia social entre poseedores y desposeídos, diversificó la producción de energía, reconoció a la Nación Palestina, recibió a migrantes sirios, y legó una serie de reflexiones sobre el planeta, el uso de la riqueza, las cosas materiales, el viajar ligero de equipaje, los retos del mundo por venir, apostó por la educación, denunció la industria de la guerra, y hoy ha pedido a todos, que lo dejen morir, que tiene cáncer, y ha llegado la hora de descansar.

Son de esas personas que solo nacen una cada cierta cantidad de años, su ejemplo queda, aunque muchos lo admiran, básicamente nadie lo sigue, nadie está dispuesto a renunciar al mundo material que nos sofoca. Pepe Mujica, perteneció a una generación que quiso cambiar el mundo, pero fue aplastado, derrotado, pulverizado, sin embargo siguió soñando y luchando para que la gente pueda vivir un poco mejor y con un gran sentido de igualdad.

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