Morena, morirá en una década.
Morena morirá en una década
César Peña *
El dantesco espectáculo alrededor de la visita de Claudia Sheinbaum el pasado domingo, con ex priístas y ex panistas revoloteando y mostrando su nueva militancia guinda sólo exteriormente, sugiere muchas cosas, más al fragor de una lucha electoral interna para definir candidatos a diputados federales, locales y alcaldes.
Uno, que Morena ya dio mal el primer paso al abrirse a otras expresiones y corrientes sin poner ningún tipo de candados, es decir, si bien es un partido de masas donde todos caben, quien debería tener mano en las postulaciones y decisiones sería sin duda, gente emanada del pueblo y no aquellos conversos y menos aquellos que tienen un pasado cuestionable o que han saqueado al pueblo.
En tan sentido, es más que evidente que la propuesta de Ignacio Mier de evitar que perfiles que han traicionado al pueblo tengan cabida en Morena es urgente como también la creación de una Comisión de Ética que tenga esta tarea de aceptar o no a los nuevos afiliados revisando minuciosamente el daño que le causarán al partido.
Pero como no existe ni una cosa ni otra, lo que vimos con la visita de Claudia Sheinbaum, fue la pasarela de los ex priístas, principalmente, festejando que se están apropiando del partido y que están convirtiendo a Morena en el nuevo PRI.
Dos, la recomendación de Sheinbaum de que el poder sólo tiene sentido cuando se sirve al pueblo, dirigida a estos recién llegados de otros partidos, es como el sermón en misa, que tiene escaso efecto sobre quienes no quieren cambiar y que en este caso llegan a Morena con intenciones de poder e impunidad, por lo tanto, no tendrá ningún impacto.
Tres, que la presencia del Grupo Universidad, a quien se le ha permitido todo tipo de excesos en los ayuntamientos, en el Congreso del Estado y hasta en escaños el Congreso de la Unión, sugiere que estamos ante una dirigencia local entreguista, acrítica y que se está prianizando aceleradamente.
Con todos estos elementos, no tenemos el mejor panorama. Sin jugarle al profeta, sino tomando elementos de la realidad, se puede afirmar que el Movimiento de Regeneración Nacional está comenzando su franco declive al ocupar los ex priístas puestos claves como ya está sucediendo en Hidalgo, en que la Cuarta Transformación está comenzando a verse como una caricatura en municipios como Tepeapulco y Tizayuca, donde se reprime a la gente y se gobierna con el garrote.
Tres años bastó en estos municipios para destruir la obra de la Cuarta Transformación, por lo que a nivel nacional, apoderándose de más cargos, municipios y diputaciones, en menos de una década habrán acabado con Morena.
Peor aún, varias de las candidaturas pendientes, como vemos, serán entregadas a varios de estos ex priístas, que se pusieron el chaleco guinda de última hora, y seguramente desplazarán a los morenistas decentes y honrados que comenzaban a participar en la política de la 4T viendo un cambio.
Cierto, Claudia Sheinbaum ganará, pero luego de ella nada está escrito como en la misma CDMX, que seguramente perderá Morena, partido que se agotó rápidamente y que ahora su descomposición se acelerará al darle cabida a personajes que no necesitaba, pero que sus líderes, como el mismo César Cravioto, son incapaces de ver que hundirán al partido.
* Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia