INE: La Democracia Minimalista por Pepe Velázquez
En nuestra carta magna en el capítulo de la Soberanía Nacional y Forma de Gobierno, se establece en su artículo 40 que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos, así como la designación del Instituto Nacional Electoral (INE) como autoridad en materia electoral dentro de su apartado B para organizar los procesos electorales federales y locales; recientemente también lo concerniente a procesos de consulta popular y revocación de mandato.
México no siempre ha sido una democracia, de hecho, durante la mayor parte de su historia el sistema político mexicano ha sido autoritarista; sin embargo, se han generado momentos clave del cambio político a través de reformas electorales de 1977, 1986, 1990, 1993, 1994, 1996, 2002, 2005, 2010 y recientemente en 2014 a partir de la reforma político electoral cuando el INE se consagra como máxima autoridad electoral.
En este sentido los procesos de cambio hacia un sistema político más competitivo han sido largos, centrados en gran medida en transformaciones encaminadas a lograr que las instituciones fuesen capaces de organizar elecciones libres, justas y que garantizaran resultados reconocidos por la sociedad generando confianza entre la ciudadanía y los actores políticos.
La democracia representa un sistema político en el que se tiene el derecho al voto para elegir a los representantes en elecciones periódicas; a lo largo del tiempo, a este concepto se le han agregado características, derechos, libertades, requisitos económicos, sociales y políticos que han llevado a pensar que la democracia es un sistema político que no se agota en sí mismo. Analizar estos procesos normativos de reformas electorales sin duda debemos ser conscientes que han sido necesario, pero no suficientes para asumir la idea total de que el INE no se toca; esto con respecto a las movilizaciones de ciertos “sectores sociales” manifestados por inconformidad a la reciente reforma político electoral presentada e impulsada por presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es importante tener claro quela democracia no se agota en la operación electoral de un instituto ni en aspectos legalistas de reforma institucional a estos organismos, insistimos y aceptamos en que el orden normativo e institucional del Estado es necesario, pero no suficiente para procesar el verdadero conflicto. Los horizontes de la democracia en México son jóvenes y aúnestán abiertos a nuevas posibilidades de desarrollo. Aceptar la idea total de no reformar al INE es cortar con la posibilidad de mejorar la institucionalidad democrática de México y condenar nuestra democracia a una democracia procedimental.
En esta perspectiva meramente jurídica Bobbio define la democracia como “un conjunto de reglas de procedimiento para la constitución del gobierno y para la formación de las decisiones políticas”, agotando la democracia un enfoque minimalista por reducir su vitalidad al aspecto normativo enfocado únicamente a salvaguardar elecciones competitivas, derecho a votar, el derecho a competir por un apoyo electoral, el derecho a ser elegido para un cargo público, la libertad de asociación, la libertad de expresión y la libertad de acceder a diferentes fuentes de información como condición necesaria y suficiente para definir la democracia, garantizando su funcionamiento institucional.
Finalmente, lo que como verdaderos ciudadanos debemos tener presente es que más allá de ideologías aldeanas o partidistas,es que el INE no representa la totalidad de la democracia; la verdadera esencia del fenómeno democrático radica en el espíritu público de un pueblo con derechos jurídicos bien entendidos que permitan elevar la conciencia social en virtud cívica que hace posible la vida en sociedad, generando ciudadanía activa protagonista del cambio verdadero de lo que ocurre en la polis.