Xóchitl Gálvez, la peor candidata para México
Economía versus Política
César Peña *
Aunque la hidalguense Xóchitl Gálvez logró concretar el sueño de muchos priístas como Miguel Osorio Chong, Manuel Ángel Núñez Soto, el propio Omar Fayad y en el pasado no tan recente Alfonso Corona del Rosal, como es obtener la nominación presidencial, la hoy abanderada del Frente Amplio por México no llega en el mejor momento ni tampoco llega por la mejor causa.
Xóchitl Gálvez llega impulsada por los partidos más corruptos que han existido en el México posmoderno, arropada de una clase política vulgar, sinverguenza y desmemoriada que trae detrás el proyecto neoliberal de la clase empresarial que ha saqueado al país por décadas y empobrecido a amplios estratos de la sociedad.
Si en otras ocasiones los hidalguenses hubieran apoyando por simple identificación a uno de sus paisanos que hubieran logrado escalar hasta tan altas esferas, viéndolo como uno de sus representantes, hoy las cosas han cambiado, sobre todo porque el pueblo hidalguense, como el mexicano, está adquiriendo cultura política.
La oriunda de Tepatepec no tendrá, lógicamente, el apoyo de la gente de Hidalgo para empezar porque la mayoría abraza otra opción. La entidad está viviendo su Primavera Política con la llegada de Morena por lo que lógicamente no dará su apoyo a la panista, quien además de que ha servido a los gobiernos más rapaces como el de Vicente Fox, no es una persona honesta.
Gálvez Ruiz, como lo exhibí en su momento, no tiene ni siquiera la valentía suficiente para declarar la veracidad de sus bienes como lo hace en su Declaración Patrimonial como senadora, donde niega poseer bienes muebles e inmuebles y afirma tener, por el contrario, sólo deudas.
Luego salió con el cuento de que vendiendo gelatinas se hizo millonaria y que además es indígena y fue pobre, lo que puede ser creído por algunos despistados de la CDMX o del resto del país, pero no por los hidalguenses y menos por quienes la conocieron de cerca.
Xóchitl Galvez es la mejor candidata para la derecha, por su alta maleabilidad, su discurso bravucón y que puede ser explotada como producto comercial-electoral por su género y como novedad, sin embargo, no tiene que ofrecer al pueblo, menos como ejemplo de superación y empoderamiento.
En todo caso, Xóchitl Galvez representa el rostro y anhelos de los llamados whitexicans, pero no de la colectividad, ni del mexicano promedio, a los que no les interesa el proyecto excluyente de la derecha. En su discurso caben todos, en su realidad, sólo los intereses privados.
Ser panista e indigenista es una contrariedad que jamás ha resuelto Gálvez Ruiz, ya que por un lado, el PAN, como sabemos, nació de la Quinta Columna Nazi en México, de la Falange española y los sinaquistas, que si algo tenían, es que eran, además de fascistas, altamente racistas que despreciaban a los indígenas, por lo tanto, un panista – indigenista es algo inexistente o simplemente un producto de la inconciencia y la publicidad.
* Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia