Para ser oposición, el silencio no es el camino.

La apuesta del Partido Morena es la de minar, extinguir la voces disidentes, que nadie salvo ellos hable, que nadie critique a sus gobiernos, que nadie cuente una historia diferente a la de ellos, que todos callen y aplauden sus gobiernos que a cada paso hacen historia, aunque a su movimiento los ha caracterizado la mentira, el doble discurso y la hipocresía.
Mientras la gente, el pueblo de México, reclama, exige el abasto de medicamentos, la rehabilitación de caminos, carreteras, aparición de sus familiares y por su puesto seguridad, Morena trabaja para evitar que esas voces se escuchen.
Morena se está destruyendo al interior y al exterior, al ser expuestas sus contradicciones, al exhibirse cada una de sus mentiras y al ser exhibidos los vínculos de algunos de sus miembros más prominentes con el crimen organizado.
Sin embargo en este país hay mujeres y hombres valientes que sabemos trabajar, construir un país de paz, democrático, plural y con una gran solidaridad, pero también un país, en el que siempre hay gente dispuesta a decir la otra verdad, a contar las otras historias y a evitar que la voz de la verdad se apague.
El llamado es a seguir levantando la voz en todos los espacios y evidenciar la falta de resultados y promesas incumplidas, los dobles discursos y falta de coherencia. A unificarnos por nuestro País y ser la mejor opción viable para enfrentar los grandes retos que nos aquejan día a día.
Vamos con convicción, compromiso, pasión por servir y devolverle la esperanza al pueblo de México. Y quienes estamos en la oposición debemos tener la valentía para seguir hablando, seguir denunciando, porque para ser oposicion, el silencio no es opción.