Los nuevos dueños de Morena en Hidalgo: la Iniciativa Privada.

Economía versus Política
LOS NUEVOS DUEÑOS DE MORENA HIDALGO: LA IP
César Peña *
El proceso electoral del 2022 en Hidalgo, fue sin duda, el que mayor expectativa generó en la sociedad, ya que se trataba, ni más, ni menos, de arrancarle el poder al PRI por primera vez en 90 años. Era entonces, la oportunidad histórica que tenía el pueblo organizado para acceder al poder a través del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador que había encendido la mecha entre las bases, quienes trabajaban incansablemente para el mismo objetivo.
Día y noche, brigadistas y pueblo se multiplicaron meses atrás para no dejar duda de que habría un triunfo y que se iría el mal Gobierno, que en los últimos años se había convertido en corrupción, tráfico de influencias y en la constitución de una mafia en el poder que gozaba de privilegios y se erigía como una casta privilegiada intocable que podía hacer y deshacer.
La jornada del 2 de junio fue pletórica en favor de Julio Menchaca Salazar, quien obtuvo el 61.5 por ciento de los votos, sacando casi el doble a la representante del PRIAN, Carolina Viggiano, quien apenas logró el 31.3 por ciento, lo que no sólo le dio el triunfo inobjetable y contundente, sino una legitimación masiva para iniciar una nueva historia en la entidad.
Todo era hasta ese momento, alegría desbordada, lágrimas de victoria y triunfalismo a raudales pero pronto comenzaría en septiembre, el verdadero reto de hacer las cosas diferentes y es ahí donde comenzarían no sólo las dudas, sino el truco magistral mediante el cual la IP, la famosa iniciativa privada, los empresarios, iniciarían el proceso de despojo del poder al pueblo iniciando una ruta de cuestionamientos que hoy, a tres años de distancia,
tiene a Morena hundido en una crisis partidista y de Gobierno.
Menchaca, en vez de rodearse de esa gente venida del pueblo, de esos cuadros formados en la calle, muchos de los cuales no sólo tenían la preparación ideológica y académica suficiente, sino
la formación teórico-práctica necesaria para ocupar una secretaría, comenzó por llamar a quienes financiaron la campaña: empresarios de la construcción, empresarios restauranteros, empresarios turísticos y desde luego empresarios de firmas jurídicas, que fueron nombrados como parte del primer círculo de Gobierno.
Muchos de estos empresarios, por supuesto no pertenecían ni estaban afiliados a Morena y hoy, casi a la mitad del camino, algunos más por populismo que por convicción, apenas se están afiliando. Otros secretarios y funcionarios ni eso, no les interesa ni remotamente formar parte de Morena aún cuando lo representan y se sirven de él.
Pero regresando a estos empresarios que llegan con la Cuarta Transformación al Gobierno de Hidalgo, efectivamente suponen un desplazamiento de los centros económicos tradicionales que trabajaban con los anteriores Gobiernos, siendo quizá lo único positivo de este cambio pero por otra parte, estos nuevos empresarios de la 4T pasaron a erigirse como los voceros del partido y a dictar línea no sólo en el Gobierno, sino en el partido y en el trabajo y la lucha social.
El primer detalle de estos empresarios en el poder es que con ellos se cumplió el primer gran temor de López Obrador, quien en todo momento propuso la separación del poder económico del poder político y aquí, como en los viejos tiempos priístas, los empresarios ya no se contentaron con manipular las leyes en su favor, sino ellos mismo hacer las leyes y ser juez y parte desde el Gobierno, siendo algo totalmente inadmisible.
El segundo gran problema de estos empresarios que dicen representar a la Cuarta Transformación es que se formaron en los años del PRI, cuando operaban los moches, la corrupción, el tráfico de influencias y el principio de la maximización de la ganancia en que el sistema les enseñó la voracidad y el chacalismo mercantil para sobrevivir. Muchos de estos empresarios “del cambio” incluso, trabajaron e hicieron obra pública para los gobiernos priístas y defendieron en los tribunales sus causas.
Tercer punto: todos los empresarios que nacieron, crecieron y se desarrollaron en el sistema priísta, que constituyen hoy el 70 por ciento del universo de funcionarios del Gobierno morenista ocupando los principales cargos, necesitan empleados que los protejan y que trabajen para ellos. De tal suerte, han reducido a los dirigentes de Morena como Marco Rico, a meros empleados de su causa, entregados a defender cada uno de los errores de Gobierno y la antidemocracia en Morena con silencio, complicidad
y demagogia.
Cuarto punto: los empresarios no tienen amigos, sino intereses y como tal, hicieron de la elección municipal del 2024 una burda subasta de candidaturas que alcanzó tintes de escándalo nacional al ser exhibidos los audios de aspirantes morenistas con mercaderes de la dirigencia pactando millonarios pagos por los lugares ofrecidos.
Los “morenistas” que lograron las candidaturas son, adivine usted, prósperos empresarios que lógicamente pudieron pagar el lugar y posteriormente la costosa campaña que los llevó al Palacio Municipal en que, como dijeron en esos audios, están recuperando lo que invirtieron.
Aunque Morena ganó en 54 de los 84 municipios, así como las 18 diputaciones locales, las siete diputaciones federales y las dos senadurías en juego, nuevamente las quejas de la marginación de las bases morenistas que no fueron tomados en cuenta para los cargos comenzó a escucharse y hoy es clamor popular: en el 80 por ciento de los municipios, la gente reclama al gobernador Julio Menchaca esta situación.
Pero lo peor del Morena empresarial de Hidalgo se fraguó en los últimos dos años, en que estamos transitando, en un mismo sexenio, del triunfalismo inaugural a la degradación del partido y del Gobierno, instalándose en este último punto la corrupción, el amiguismo y sobre todo, la simulación y el autoritarismo, las enfermedades que mataron y sepultaron al PRI y al PRD, éste último, un instituto que nació en la izquierda y acabó absorbido por la derecha y sus vicios.
Esto es lo más preocupante de Morena, un partido nacido de la protesta y los movimientos sociales, que tan joven en la entidad haya renunciado a estos principios y reprima a la población por manifestarse contra los feminicidios y la violencia contra las mujeres como sucedió en el marco del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo o haber disuelto a golpes una protesta entre Pachuca y Zempoala, que simplemente protestaba por la desaparición de una mujer cerrando la carretera como medida de presión. Esto es simplemente inadmisible y vergonzoso para un Gobierno que dice ser del pueblo.
El caso más sonado de corrupción en el Gobierno de Menchaca, fue cometido por Eduardo Iturbe, un empresario que reclutó y colocó en el área de Comunicación Social, quien a través de moches y empresas fantasma, desvió más de 100 millones de pesos y a quien, en vez de juzgarlo y procesarlo, lo mantienen absuelto y gozando de protección. Esto no lo haría un Gobierno del pueblo.
En efecto, la descomposición de Morena partido y Morena Gobierno, siguen una ruta similar, compaginada con oleajes de desesperanza en quienes siguen esperando la justicia y ven sólo como los viejos opresores del PRI y el PAN, quienes desfalcaron al estado y lo llenaron de corrupción y violencia, están ocupando hoy cargos importantes en el partido y son presentados con bombo y platillo como los nuevos funcionarios y redentores.
Hoy queda claro que hubo un pacto de silencio entre el actual Gobierno y su antecesor Omar Fayad, quien tan sólo por la vía de los moches a las constructoras se embolsó cerca de 2 mil millones de pesos y es el verdadero responsable de la Estafa Siniestra, pero en vez de ser juzgado, fue premiado con la Embajada en Noruega y sigue gozando de total impunidad como sus lacayos y cómplices del siniestro Grupo Plural Independiente.
Hoy Morena navega a la deriva. Quienes se creen sus dueños lo están llevando a una negra tormenta de la que no se sabe si saldrá con vida pero por lo pronto, ya hay muchos damnificados en lo social y pronto, así como van las cosas, lo serán también en lo electoral y lo político pues el encanto no dura para siempre.
Como ayer, cuando los conquistadores llegaron a América con las biblias encontrando a los pueblos indígenas con sus tierras, cerraron los ojos y los conquistadores ya tenían las tierras y los indígenas las biblias, hoy los empresarios hicieron lo mismo con el pueblo, que al cerrar los ojos, en un tris y sin que casi nadie se diera cuenta, lo despojaron del poder y del Gobierno, que ya era suyo, dejándoles sólo nuevamente la esperanza.
- Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.