x
Acento
Opinión

La Fragilidad del Poder: El Caso «Dato Protegido» y la Piel Delgada de los Servidores Públicos.

La Fragilidad del Poder: El Caso «Dato Protegido» y la Piel Delgada de los Servidores Públicos.
  • Publishedjulio 22, 2025

El reciente caso entre la diputada federal Diana Karina Barreras Samaniego (PT/Morena) y la usuaria de X antes Twitter, Karla Estrella ha encendido un intenso debate que trasciende lo legal para adentrarse en un problema más profundo: La alarmante sensibilidad y la piel excesivamente delgada de muchos servidores públicos frente a la crítica ciudadana.

Todo comenzó cuando Karla Estrella publicó en su cuenta de X, con claros fines de crítica política y sátira el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) de la diputada Barreras. La legisladora NO respondió con argumentos políticos, sino con una demanda legal. Alegando que su RFC era un «dato protegido» y solicitó una medida cautelar. Un juez, en una decisión ampliamente cuestionada, ordenó a Karla Estrella como reparación del daño, disculpas públicas durante 30 días consecutivos, una sanción percibida como desproporcionada y represiva. La orden judicial parecía sacada de un manual de regímenes autoritarios, que a todas luces desnuda no solo la hipersensibilidad del poder, sino su peligrosa vocación de censura e intolerancia hacia la crítica, la sátira, y como dicen algunas voces “Si no aguantan la crítica, para que se alquilan como funcionarios públicos”

El RFC de los servidores públicos NO es dato personal protegido. Su difusión NO viola la Ley Federal de Protección de datos (Art.16/Criterio INAI 142/2023) Pero el daño ya estaba hecho un juez convirtió información pública en arma de censura como una medida cautelar claramente humillante, excesiva, lleno de arrogancia y sobre todo de intolerancia, el mensaje es claro: criticar el poder tiene un alto costo.

La decisión de recurrir a los tribunales, obteniendo inicialmente una medida tan severa, muestra cómo algunos servidores públicos utilizan los recursos del Estado (el sistema judicial) como herramienta para intimidar o castigar a opositores o críticos, un fenómeno conocido como litigio estratégico contra la participación pública (SLAPP).

Incluso el tema llego a Palacio Nacional, donde la Presidenta Sheinbaum calificó la medida como un exceso: argumentando que “El poder es humildad, no soberbia. No está bien esta exigencia de que durante 30 días tenga que disculparse. Sí puede haber una sanción, pero debe estar en su justa dimensión”. No obstante, llamó a los tribunales a actuar con equilibrio: “Vale la pena que jueces y tribunales pongan todo en su justo término”.

Los servidores públicos deben endurecer su piel ante la crítica, el escrutinio, la rendición de cuentas e incluso ante la ironía o sarcasmos que tanto les incomoda, sino pregúntenle a Fernández Noroña o Layda Sansores. Nuestros servidores públicos que devengan un sueldo proveniente de todos los mexicanos deben entender que reaccionar con demandas ante cada ofensa o critica percibida es antidemocrático y debilita al raquítico sistema democrático que tenemos actualmente. El sistema judicial debe ser garante de derechos, no un instrumento de represión. Las medidas cautelares como la impuesta inicialmente deben aplicarse con estricto apego a la ley y guardando la justa proporcionalidad, evitando convertirse en mecanismos de censura.

La ciudadanía debe permanecer vigilante y atenta ante estas arbitrariedades y abuso de autoridad y poder por parte de los servidores públicos.

El caso Karla Estrella Murrieta Vs Diana Karina Barreras Samaniego muestra que la presión pública y la defensa constante de la libertad de expresión son cruciales para contrarrestar los abusos. El caso “dato protegido” muestra a todas luces un síntoma de una cultura política donde algunos personajes encumbrados en el poder demuestran tener una piel tan delgada que cualquier roce los hace sangrar y rasgarse las vestiduras ante la menor crítica o señalamiento del accionar como servidores públicos.

Al final las disculpas de la diputada con rostro tenso, voz quebrada, aunque bienvenidas, no redime, por el contrario, confirma que la demanda interpuesta fue desde un inicio “un flagrante abuso de poder”, el cual no deben opacar la necesidad urgente de que quienes nos gobiernan desarrollen la fortaleza y resiliencia que su cargo exige y que la democracia merece. La piel delgada es un lujo que los servidores públicos no pueden permitirse dejando al descubierto la falta de tacto político y el instinto autoritario que late bajo el yugo de poder. Tan es así que Karla Estrella ya quedo fichada en el Registro de Personas violentadoras contra mujeres por el caso “dato protegido”, mostrando una vez más como el sistema judicial está en terapia intensiva, el estado de derecho cojea y el ciudadano queda como último contrapeso.

Finalmente, los funcionarios públicos deben entender de una vez por todas que no son dueños de su imagen pública. Son servidores pagados con nuestros impuestos de millones de mexicanos que los legitimamos en las urnas y que quieran o no, se deben a un sistema político y que, si no soportan el rigor de una crítica o un tuit, simplemente no ocupen una curul, renuncien o dedíquense a otra cosa menos a la política. Como bien lo apunto el periodista Carlos Puig “En Democracia, el poder no es un altar. Es un banquillo o silla incomoda de acusados permanentemente” en la que evidentemente ya vimos que muy pocos políticos están dispuestos a sentarse o ser parte del escrutinio público.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *