Julio Valera y los turbios negocios con Morena
Economía versus Política
* César Peña
El inminente nombramiento del ex priísta Julio Valera Piedras en la representación en Hidalgo de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) no sólo está provocando la ira de amplios sectores de Morena, que aún no entienden cómo es que un personaje de tan negro y cuestionable pasado, será ahora parte del gabinete federal, sino que vinculan este movimiento como parte de un negro amasiato entre la cúpula guinda con el ex gobernador Omar Fayad.
La indignación no es para menos contra Valera Piedras, no sólo desde su encargo como dirigente del PRI del 2021 al 2023 y como rabioso diputado del tricolor en el Congreso del Estado en la 65 Legislatura asumiendo las posiciones más reaccionarias y antiprogresistas jamás vistas, atacando todo lo que oliera a Morena y al propio ex presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pero no sólo eso, hay que recordar que las acusaciones en contra de la prostitución de mujeres y hombres que se hacía en el PRI lo mismo que en el Gobierno de Omar Fayad Meneses, como escalafón para conseguir empleo o un mejor lugar, fue algo que siempre siguió a este personaje, lo mismo que solapar la corrupción de varios de los alcaldes priístas que como él, se mudaron al Grupo Plural Independiente (GPI) cuando el barco priísta se hundía.
Los morenistas decentes no pueden asimilar que exista un pacto entre el Gobierno y el ex mandatario Omar Fayad, que inició con el acuerdo de impunidad para no juzgarlo pese a la corrupción probada de su Gobierno y los negocios turbios y moches por cerca de 2 mil millones de pesos.
En vez de ser llevado a tribunales, Morena lo premió dándole la embajada de México en Noruega en el 2023, cargo en el que ha sido malamente ratificado por Claudia Sheinbaum, añadiendo más dudas sobre las pretensiones de cambio esbozadas por las administraciones federal y estatal.
Los militantes hidalguenses del partido guinda que conocen la trayectoria de Julio Valera simplemente no pueden perdonar esta traición y comienza a multiplicarse exponencialmente el malestar contra el Gobierno y su partido, que siguen premiando la ineptitud y la deshonradez de manera abierta.
Esta designación volvió a poner sobre la mesa también el viejo pacto de impunidad de López Obrador con Peña Nieto, a quien nunca tocó y por el contrario, en las mañaneras lo llamaba “licenciado” demostrando con ello una turbia relación con sabor a traición al pueblo que hoy vuelven a sentir los morenistas de a pie.
Hago esta distinción, porque es de sobra conocido que existe un Morena cupular donde los sectores duros son más derechistas y reaccionarios que el propio PAN, quienes hacen los acuerdos más desleales y entregan el partido a las peores causas como ahora lo vemos, sin reparar en el daño que le hacen al país.
Morena, lamentablemente, sigue su camino hacia el desfiladero de la historia.
* Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.
