“¿Fracaso? Todo lo contrario: El AIFA empieza a rendir frutos en el corazón del país”

Durante meses, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) fue tema de debate nacional. Mientras algunos sectores lo calificaban como una obra innecesaria o de bajo impacto, la realidad hoy empieza a dibujar otro escenario, especialmente para el norte del Estado de México.
Zumpango, Tecámac y Nextlalpan eran, hasta hace poco, municipios con un desarrollo urbano rezagado. Hoy, en cambio, se han convertido en punto de interés para grandes inversiones, parques industriales, desarrollos habitacionales y corredores logísticos. No es casualidad: la infraestructura atrae inversión, y el AIFA es un ejemplo claro de cómo una decisión estratégica del Estado puede activar territorios enteros.
El AIFA representa una apuesta por descentralizar el desarrollo, algo que los gobiernos anteriores prometieron pero no concretaron. El modelo centralista de inversión pública cambió, y hoy se privilegia el crecimiento regional con visión metropolitana. Lo que estamos viendo no es solo un aeropuerto, sino una reconfiguración del mapa económico y político del Valle de México.
Los beneficios no son solo económicos. En términos simbólicos, el AIFA le ha devuelto visibilidad a zonas históricamente marginadas del Estado de México, brindando nuevas posibilidades de empleo, movilidad y proyección urbana.
El gobierno federal, sin estridencias, parece haber entendido que la transformación no siempre se mide en aplausos inmediatos, sino en cambios estructurales que, aunque lentos, son profundos. La apuesta está lanzada, y los primeros frutos ya son visibles. El AIFA está empezando a despegar.
Aldo Suah Islas Ruiz.
Politólogo.