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Falta de autocrítica en Morena

Falta de autocrítica en Morena
  • Publicadoseptiembre 9, 2024

ECONOMÍA VERSUS POLÍTICA
César Peña *

El triunfalismo es uno de los peores errores del ser humano, que combinado con el complejo de perfeccionismo, propio de la autocontemplación y el delirio de grandeza, dan por resultado un ente fuera de sí, megalómano en esencia, incapaz de ver sus errores y por ello, imposibilitado en operar cambios en su favor.

Esta arrogancia propia de la soberbia, sería, hasta cierto punto, tolerable a nivel personal, más no así cuando hablamos de una institución o un partido político, donde adquiere tintes de locura propio de quien se ve diariamente al espejo y dice ser un monumento a la perfección.

Eso es lo que le pasa al Movimiento de Regeneración Nacional, que embriagado de éxito electoral obtenido de un pueblo noble que cree y confía en su líder, Andrés Manuel López Obrador, disfruta de una luna de miel con la victoria en gubernaturas, Senado, Cámara de Diputados y Presidencias Municipales, que sus líderes han interpretado como la antesala de la gloria y de su proceder celestial.

Provenientes algunos de éstos líderes de la izquierda partidista, han olvidado practicar la autocrítica y han elegido el pragmatismo como doctrina con las implicaciones que ello implica. Negando la realidad, ignorando los reclamos y soslayando las fuertes voces de diversos sectores, han abrazado un nihilismo que les ha acomodado para sus fines.

Pongamos por ejemplo el caso de que ya “somos como Dinamarca” en materia de Salud, algo que no es remotamente cierto pero que López Obrador recalca una y otra vez cuando a diario nosocomios del IMSS Bienestar sufren saturación, citas programadas meses después, falta de medicamentos, etc. Eso no hace malo a AMLO, el mejor presidente de los tiempos modernos de México, pero si lo hace distorsionar algo que realmente no sucede.

En Seguridad estamos igual. Si bien se está desterrando la corrupción y la criminalidad se combate de manera más certera, estamos muy lejos de vivir en paz y tranquilidad como se nos repite.

En Morena, dirigentes como Mario Delgado, quien llevó el pasado proceso electoral lo mismo que a nivel estatal Marco Rico, no ven fallas en su lógica y todo es miel sobre hojuelas. Para ellos no hubo pecado alguno en sus procedimientos -algunas veces facciosos como la venta de candidaturas-, y con los triunfos intentan acallar las voces de inconformidad.

Pero mareados por “tanto éxito” como decía el gran Lenin, la “izquierda” morenista no sabe como asimilarla y quiere disfrazar y esconder sus errores, tanto políticos como de Gobierno bajo un dejo de infalibilidad.

Hoy Morena ha perdido su capacidad de crítica como en su momento sucedió con el PRD, que eligió el devenir del utilitarismo electoral sobre sus principios y hoy está en el cementerio de la historia.

Morena rebosa de salud como todo joven quinceañero, se siente inmortal y por ello no le gusta y no quiere practicar la autocrítica; la ve con desconfianza de quienes desde adentro la realizan y cultivan. Secretamente la desacreditan y menoscaban como lo hacía el PRI en sus tiempos de gloria.

Curiosamente muchos de los pregonaban la libertad de expresión pero practicaban la censura en el PRI y el PAN, hoy están en Morena, siendo ese sector duro, conservador, que jamás ha leído un libro de Marx y desconoce todo de la lucha de clases, pero que se dicen morenistas por esa casual relación que se dio con un sector de la Iniciativa Privada.

El Movimiento de Regeneración Nacional debe voltear a la autocrítica como un instrumento de progreso y sobre todo, para discernir lo quimérico de lo real.

La autocrítica, esbozaba Marx, sirve sin duda para mejorar.

  • Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia

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