El PRI de siempre, pintado de guinda
Héctor G. Legorreta
Dice Marx que la Historia siempre se repite dos veces: primero en forma de drama, y luego en forma de comedia. Y para ejemplo, basta un botón.
En 1976, todo era alegría, diversión y felicidad. Al menos, eso pensaba el Partido Oficial, el PRI, que se había consolidado en el poder tras 36 años de gobiernos civiles.
Para la elección presidencial de ese año, el Partido Oficial presentó a José López Portillo como candidato, y fue tanta la soberbia y prepotencia existente entonces, que fue candidato único a la Presidencia. Todos los partidos con registro lo apoyaron: el PPS y el PARM, que eran partidos satélites del régimen, mientras que el PAN no presentó candidato.
Sin embargo, el Partido Comunista Mexicano, partido de Izquierda que existía desde 1919 de forma clandestina (solo Lázaro Cárdenas había reconocido su registro oficialmente), presentó un candidato presidencial, como alternativa a la opción oficial: Valentín Campa Salazar, líder sindicalista ferrocarrilero, y quien tenía un gran apoyo del Pueblo.
Así, mientras el candidato oficialista derrochaba los recursos públicos en campaña, el candidato de izquierda visitaba los pueblos y comunidades del país con recursos sumamente limitados, y dicha campaña puso sostenerse gracias al apoyo político, económico y moral de miles de personas por todo el país. Mientras López Portillo llenaba las plazas con acarreados, Campa Salazar las llenaba con voluntades y apoyo real del Pueblo.
Llegó la elección, y pese al férreo control y resistencia de la Comisión Nacional Electoral, entonces controlada por la Secretaría de Gobernación, no hubo otra opción que reconocer un millón de votos que obtuvo Valentín Campa y el Partido Comunista, dejando un precedente fundamental para las elecciones futuras.
El día de ayer, como en el priísmo más rancio de la década de los 60’s y 70’s, el Instituto Estatal Electoral del Estado de Hidalgo (IEEH), negó el registro a Eduardo Durán Laguna, propuesta a candidato a Presidente Municipal de Tula por el Partido del Trabajo, bajo el argumento de cambio de género, algo que el Instituto no tiene las facultades legales para hacer, pero que es una decisión política, ante la imposición e impopularidad del candidato impuesto en MORENA, por parte de las más altas cúpulas políticas estatales.
Luis Eduardo Durán Laguna es un candidato sumamente incómodo para los intereses existentes en Pachuca. Fue Director Regional de Programas para el Desarrollo justamente en esa región, en Tula, por parte de la Secretaría de Bienestar federal durante los 6 años del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, fundador de MORENA en aquel municipio, y es un joven honesto y comprometido totalmente con los ideales que representan la Izquierda y la Cuarta Transformación.
Luis Eduardo Durán fue despojado del legítimo derecho constitucional de poder votar, y ser votado, por intereses políticos ajenos al municipio. Y esos intereses políticos, no entienden que no entienden.
En 2018, el Pueblo decidió poner un alto al régimen de corrupción y privilegios que representó, por mucho tiempo, el PRIAN. Decidió dejar atrás un régimen caduco, antidemocrático y autoritario, para encumbrar uno que verdaderamente representara a los intereses del Pueblo.
Sin embargo, en un giro dramático de la Historia, en Hidalgo se infiltró el viejo régimen al partido de la Izquierda, de Andrés Manuel, de la Cuarta Transformación, que fue construido sobre los compañeros muertos en 1968 y 1971, durante la Guerra Sucia, sobre los asesinados en el régimen de Salinas y gobiernos posteriores, y sobre todos aquellos compañeros que murieron a manos de los caciques locales en nuestro estado. Es el PRI de siempre, ahora pintado de guinda.
Ahora, esos chapulines PRIANistas infiltrados, no solo tomaron por asalto el partido y las candidaturas del mismo, viendo a MORENA como su patrimonio personal y político, sino que, además, están utilizando a las instituciones del Estado contra sus opositores, ya sea amenazándolos, coptándolos, o como en el caso de Luis Eduardo Durán, quitándole su derecho a participar en un proceso electoral como candidato a Presidente Municipal.
Ese viejo régimen autoritario y caduco, de opresión y privilegios, que el Pueblo decidió sacarlo del poder hace 6 años, hoy se asoma a la puerta, ha mostrado el garrote, y demuestra que hoy, más que nunca, es necesario hacerle frente, en las calles, en las plazas, y en las urnas. De nada servirá la lucha realizada por nuestros abuelos, nuestros padres y nosotros mismos, si permitimos que regresen aquellos que, sí deberían regresar, pero lo que se robaron.
Claudia si, autoritarismo no. Es preciso que las autoridades electorales devuelvan la candidatura a Presidente Municipal por el PT a Luis Eduardo Durán, pues es su derecho legítimo a votar y ser votado.
Y que al final, el Pueblo decida. Lo que no es válido es que una sola persona tenga la arrogancia de sentirse con el derecho de elegir por los demás, por mucho poder político que tenga.
Prohibido rendirse.