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El mal humor social

El mal humor social
  • Publishedjulio 31, 2025

Ing. Jorge Luis Bautista.


Muchos intentos de explicación, ( no de descripción), que no es lo mismo, sobre la causalidad del creciente mal humor de la sociedad mexicana. Tan creciente, que los que salen raspados por esta realidad, se ven en la necesidad de mandarnos encuestas con las que intentan engañar de que somos un país con alto porcentaje de opinión favorable con nuestro estatus, y sin que lo digan, se autoproclaman buenos y eficientes Gobernantes.


Para no ir muy lejos, recién leí la explicación sociológica escrita por un bloguero, sobre los frecuentes episodios de rencor y sangre entre habitantes de Pachuca y otras ciudades. Nos bien explica, que estos eventos de incivilidad, mucho tienen que ver con el colapso y errores o vicios ocultos y visibles en la función de los gobernantes.


Si hay baches, inundaciones o una pésima vialidad, y por ende, una catastrófica movilidad, es por la suma de obras hechas con preñez de corrupción y rapacería. Y el efecto social evidente, es un mal humor que llega con facilidad hasta el crimen.


Me resisto a creer que alguien sale ganando con estos escenarios. No puedo aceptar que existan cerebros tan diabólicos que se alegren o que les engorde sus cuentas bancarias con las desgracias de sus gobernados.


El mal humor social, ese que si queremos medirlo, basta con que nos remitamos a leer los comentarios hechos ante una declaración oficial sobre estos temas, o sobre la seguridad pública, o la educación, o la salud y las clínicas. Así sea el Gobernardor quien lo diga, el 90% de las opiniones versan sobre una incorformidad total y rabiosa.


¿ Y que sigue?. Pues que ante una evidente polarización de la sociedad hidalguense, y ante los daños sufridos en el patrimonio y su calidad de vida, y por acercarse eventos político/electorales, aunado a qué, en medida de que el sexenio en turno se diluye, todo influye en dos sentidos: uno, que los del poder arrecien en las formas de control del mal humor social, y lo pueden hacer con imaginación o a lo bruto.

Y el otro sentido es que los malhumorados, al no notar ninguna mejoría en las aspiraciones colectivas e individuales, aprovechen el debilitamiento diario de los gobernantes, que, bien manejado, es un fortalecimiento proporcional para su causa que creen justa.


La atmósfera con mal humor social se siente y se ve.

Y pronto aparecerán las estadísticas sobre los daños económicos sobre los bienes a causa de robos, asaltos, daños en vehículos, afectaciones en el patrimonio por inundaciones causadas por negligencia criminal y mucha corrupción, con nombres y apellidos.


Un atenuante a corto plazo bien puede ser el que se de marcha atrás en los gastos innecesarios y retornar a la priorización de las demandas más sentidas por todos, si, por todos los hidalguenses, y que los alcaldes hagan lo mismo, y que los diputados sean los ojos vigilantes y no solo aplaudidores..
Pueden ser sueños guajiros, pero el mal humor social, en otras latitudes, se a transformado en el punto de quiebre para que la política, la gobernanza y el presupuesto público caiga en manos y cabezas que interpretan de manera diferente este noble quehacer.

Esa diferencia que seguimos esperando..

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