Caso Iturbe: millones a amigos y odio a medios de izquierda
Economía versus Política
Por César Peña *
La lista de contratos a medios de comunicación pagados por la Dirección de Comunicación Social del Gobierno del Estado, pone al descubierto que el entonces director, el neófito Eduardo Iturbe, hizo millonarios a periódicos, empresas de marketing, portales digitales y estaciones de radio que fueron elegidos arbitrariamente para entregarles bolsas de dinero público mientras a otros medios, algunos de izquierda como A fondo de Hidalgo, Acento o el Nuevo Gráfico, fueron vetados por el funcionarillo.
Es claro que la Cuarta Transformación jamás intentó discutir con los medios de comunicación la forma en que se repartiría el dinero asignado para prensa, siendo una vez más la Ley Chayote la que decidiría la forma caprichosa los montos y formas que con el paso de dos años, revelaría que se hizo de forma artera, mediante amiguismos, conveniencia, y hasta de forma dolosa.
Repito eso de que Iturbe era un neófito en materia de medios porque favoreció inmeditamente a los medios reaccionarios y oportunistas, esos que golpearon con fiereza al gobernador Julio Menchaca en campaña, pero que fueron los primeros en ir a estirar la mano y en decirse arrepentidos, cuento que el funcionarillo sin conocimiento de nada, les compró sin más.
En cambio, otros medios y comunicadores que lucharon y siguen luchando por democratizar este estado, fueron vetados inmisericordemente por Iturbe, dándoles la espalda y hasta lanzando campañas de odio pagadas con dinero público, como la montada en contra del Nuevo Gráfico.
Pero el asunto, como sabemos, no quedó ahí, en la danza de cerca de 400 millones de pesos anuales que Iturbe pagó a medios de comunicación, algunos de éstos con escasa o nula presencia local pese a decirse “nacionales”, sino en que creó medios digitales e impresos en los cuales el era el propietario directo, asignándose también millonarios recursos.
Iturbe creó en dos años nuevos millonarios de la comunicación, que se la viven viajando y con autos de lujo, mientras la prensa de izquierda tuvo que ganarse la vida en otros oficios para poder realizar su tarea informativa en sus ratos libres o de plano, dejar de comunicar esperado la llegada de nuevos tiempos.
Mientras el gobernador Julio Menchaca reiterería que en Hidalgo nadie se quedaría atrás, en la Dirección de Comunicación Social jamás entendió el mensaje y comenzó por segregar y estratificar a la prensa, poniendo como prioridad a la mal llamada “prensa grande” o sea los diarios, agencias de marketing y algunos medios digitales y echando en la bolsa restante a los demás medios, quienes no deberían aspirar a más de 60 mil pesos mensuales contra los 2 y 3 millones que entregó a algunos diarios.
En el saco de indeseables, Iturbe, el funcionarillo que debería ser investigado y llevado ante tribunales, metió a varios medios que según su perspectiva, no merecían ningún tipo de apoyo, ni siquiera una botella de agua cuando han realizado un papel digno y totalmente crítico en todos los tiempos, sobre todo en los difíciles del priísmo autoritario y despótico.
Pero como explicarle eso a quien venido de la Iniciativa Privada no tenía ni la más mínima idea de la situación de los medios de comunicación y desconocía tendencias y perfiles de los comunicadores. Esto desde luego, indignaría a cualquiera pero no a quien lo puso en ese lugar, que le pareció correcto dejar en este sensible lugar, a un sujeto que no tiene ni la más remota idea de lo que es la izquierda o la lucha social.
Iturbe, a quien se quiere premiar tras este desastre poniéndolo en el Congreso del Estado, no debe ocupar ningún lugar y por el contrario, debe ser investigado al traicionar los principios de la 4T de no robar, no mentir y no traicionar, agregando el de no discriminar a la prensa combativa.
- Escritor, periodista, economista y divulgador científico