Revocación de mandato quema las manos a Menchaca

Economía versus Política
César Peña *
La jornada de revocación de mandato que se dará hasta el mes de diciembre de este año tiene más que nervioso a todo el Ejecutivo Estatal y a su principal cabeza, Julio Menchaca, que por más que lo quieren esconder en el primer círculo, los trae locos y no saben como hacerle para revertir la crisis de credibilidad que se profundizó en el último semestre.
Dos cosas han sido claves en esta debacle: Una, la terquedad de mantener en el cargo a Guillermo Olivares, que entre más días se siga quedando en el cargo mayor será el descrédito sumado por la administración estatal. Para nadie es un secreto que Olivares representa la línea dura del Gobierno que ya no encaja desde hace mucho en el proyecto de un Gobierno del Pueblo.
Un pésimo manejo del asunto de las menores abusadas de Zimapán, junto al multihomicidio de Mineral de la Reforma y luego, el abuso de autoridad en las manifestaciones del 8M, han dejado mal parado al responsable de la política interna al mostrar a un político que ahora se identifica con la represión, la torpeza y la falta de diálogo interesado más en la pintura nueva y los vidrios de Palacio de Gobierno que en resolver esa deuda histórica con las mujeres y las víctimas de la violencia estructural.
La segunda cosa es que Menchaca no ha podido salir bien librado del escándalo de la venta de candidaturas y los acuerdos cupulares de la pasada elección municipal en que no sólo dejaron al partido y al Gobierno raspado, sino sumamente debilitado al punto tal que emergieron cuarteaduras en el edificio que no se han podido resanar.
El liderazgo de Marco Rico y Alicia Lechuga se cayó por los suelos y en los municipios pasaron de ser cuestionados a repudiados de manera amplia, creyendo que su aceptación estaba en función del número de municipios ganados y desdeñando las voces de inconformes que va en aumento desde entonces.
La obstinación de Rico de quedarse al frente del partido hasta el 2027 es una muestra más de que ese sector duro que maneja Morena, es quien sigue tomando las decisiones y no las bases.
Todo esto sin duda le está pegando a Julio Menchaca, que intenta el acercamiento al pueblo reforzando esta última parte de las Rutas de la Transformación, donde sus colaboradores también han hecho un pésimo trabajo al no solucionar los problemas que incontables veces han salido a flote en manifestaciones y rechiflas.
Por ello, varios de sus secretarios están igualmente preocupados y no lo pueden ocultar. Recientemente, uno de ellos, en una gira, aceptó que la Revocación de Mandato les comienza a quitar el sueño y con justa razón: si Menchaca no aprueba, seguramente ellos se irán también.
Este jalón de orejas de la sociedad a sus gobernantes ya lo están sintiendo y hay quienes desde el Gobierno quieren seguir los pasos rancios del priísmo simulando o negando de manera maniaca el problema cuando se les está desbordando por todos lados.
- Escritor, periodista, economista y divulgador de la ciencia.