Fernández Noroña: La Carmen Salinas de la Política Mexicana

(Un análisis Irreverente)
Por Alfonso Ángeles
Estimado José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, Presidente de la mesa directiva del Senado de la Republica de la LXVI legislatura, político y sociólogo egresado de la UAM Azcapotzalco, miembro en los años 80 y 90 del Partido Mexicano Socialista (PMS), fundador del PRD en 1989. En 2006 participó activamente en la campaña de AMLO y fue integrante de la comisión de resistencia civil pacífica. Ha sido diputado federal en tres ocasiones: 2009, 2018 y 2021. Fue postulado por el Partido del Trabajo para buscar la candidatura a la presidencia de la República dentro de la coalición Juntos Hacemos Historia para las elecciones federales de 2024.
Como ciudadano muestro a usted mis respetos por su amplia trayectoria política, sin embargo, antes de continuar debo decir que no, no ofreceré una disculpa pública por lo aquí expresado, como lo hizo el abogado Carlos Velázquez de León por increparlo en el aeropuerto en septiembre de 2024, y se lo digo claramente usted es una figura pública de la política mexicana porque creo firmemente que para eso se alquiló y usted mejor que nadie sabe que quien incursiona en la política debe aguantar el reparo a las críticas, improperios, calumnias, insultos y hasta mentadas de madre.
En el gran circo, maroma y teatro de la política mexicana, donde la realidad supera a la ficción, surge en Fernández Noroña una figura más allá de un legislador, político, sociólogo, un personaje por demás controvertido, polémico y aunque la comparación puede ser disparatada, revela pasajes paralelos, fascinantes sobre el espectáculo y el papel del personaje en el circo político. Carmelita Salinas, que en paz descanse, reina indiscutible del melodrama que sabía captar la atención, opinaba de todo, generada titulares con sus declaraciones por demás polémicas, no se callaba absolutamente nada, era polémica, controversial, irreverente, a menudo sus declaraciones eras disparatadas y muchas veces desatinadas.
Por su parte Noroña convertido en un fenómeno mediático, con acusaciones estridentes, sobresaltos, gritos, incluso altanero, prepotente para muchos, provocador y dominador de la escena y vida política, se ha convertido en un imán para las cámaras y reflectores, increpando a quien el considera pertinente o no concuerda con su forma de actuar o pensar y por su fuera poco, si algo no le parece los descalifica, los increpa o desdeña. Perdón, pero ese es nuestro actual presidente del senado de la república. Su estilo por demás polémico y controvertido, su retórica clasista (aunque también es abogado), quien además se ostenta decir la verdad sin pelos en la lengua, venerado por cientos y miles de seguidores y muchas veces detestado por sus detractores.
Si bien Fernández Noroña tiene una amplia y larga trayectoria política de izquierda, su impacto legislativo suele quedar opacado por su tono altanero, prepotente, y su imagen de personaje mediático ha dejado mucho que desear en el presente. Ya que es más recordado por sus escándalos verbales con Lilly Téllez y otros legisladores como “Alejandro Moreno, Ricardo Anaya”, subidas muchas veces de tono que parecieran batallas campales de dimes y diretes, muchas veces iracundo, acusador, devorador de la política y defensor asiduo del pueblo y las injusticias en palabras de él mismo.
Atendiendo la similitud Noroña al igual que en su momento Carmelita Salinas que, por cierto, alguna vez llego a ocupar una curul, cumplían una función similar en la política, sus arranques, estallidos, opiniones, posturas, enojos, distraen y polarizan el debate y lo reducen a un ring de boxeo verbal, histriónico, el problema reside en el performance político a nivel de arte melodramático. Sus declaraciones y posturas en la máxima tribuna es su herramienta principal, la ironía es que al hacerlo se convierte en la encarnación política del tipo de espectáculo que carmelita salinas dominaba en la pantalla chica. Llamar a Fernández Noroña la Carmen Salinas de la política mexicana no solo es un chiste irreverente ya que es su momento ella y ahora el senador dominan el arte de la especulación y controversia. En ocasiones defendiendo lo indefendible, haciendo declaraciones de todo tipo como la posibilidad de volver a reelegirse como presidente del senado, o su declaración de no vivir en austeridad por sus viajes al extranjero, o que es ateo, o bien, en últimos días defendiendo los viajes de “Andy López Beltrán a Japón”.
Noroña es el personaje memorable, aunque pareciera villano, bufón o iracundo otorga cierta relevancia política inmediata. Por ejemplo, las declaraciones hechas sobre el paro de la CNTE diciendo que el presupuesto no da; que no es falta de cariño, nadie está obligado, que le sigan al golpeteo y que según él en 40 años no van a salir del poder. Yo tendría mis dudas si siguen actuando de la forma que lo vienen haciendo. Ya que usted por lo menos desde 2006 vive del erario público como diputado y ahora como senador.
Y Para finalizar solo quiero recordarle al político y sociólogo Noroña que nadie es eterno en los cargos o encomiendas, sino mire hacia atrás, y como versa el refrán en mi pueblo “Si torres más grandes y gobiernos han caído”, su movimiento podría no ser la excepción, sino pregúntenle al PRI o PRD”. Me parece desafortunado la declaración en torno a los Maestros y de quien sea, cuando en campaña se les apapachaba y hoy se les condena. No se equivoque ni erre el camino senador Noroña. Mejor usted dedíquese a lo que sabe hacer bien que es Política, no Politiquería como usted lo ha llegado a nombrar. Y no se le olvide que en México tenemos libertad de expresión otorgada y establecida en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y que usted es una figura pública y que paso de ser un serio contendiente a la silla presidencial y con miles de seguidores ahora lo que tienen en la escena pública cuando realiza asambleas informativas por el país, solo son rechiflas y abucheos hacia su persona e investidura como senador.
Nota: “Las opiniones aquí expresadas por el autor reflejan la libertad de expresión consagrada en la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos y de crítica hacia figuras de la vida pública, que de ninguna manera agreden a faltan al respeto al senador Fernández Noroña”